Un reciente análisis de Santiment, divulgado ayer, revela una tendencia clara: más de 315 830 BTC han salido netamente de los exchanges en los últimos cuatro meses, lo que indica que cada vez más compradores optan por la autocustodia en lugar de dejar sus criptomonedas en plataformas centralizadas.

Este movimiento representa una caída del 21 % en las reservas en exchanges, aumentada hasta un 61 % al compararla con los niveles de julio de 2020. La implicación es clara: cuando menos BTC se encuentran en exchanges, menor es el riesgo de liquidaciones masivas rápidas que puedan detonar colapsos abruptos del precio.

Durante la jornada de máximo precio —alrededor de los 117 500 USD—, se reportó un importante “short squeeze”, con cierre forzoso de posiciones bajistas por valor de 200 M USD. A pesar de esta volatilidad, los compradores mantuvieron sus Bitcoin en billeteras privadas, una señal de confianza en el potencial de mediano y largo plazo.

Desde la perspectiva de Descentraliza, este cambio subraya la importancia de la soberanía financiera. La autocustodia no solo da control directo al usuario, sino que también contribuye a la resiliencia macro del mercado, reduciendo el impacto de flujos abruptos en exchanges.

Esta tendencia debe ser interpretada como un llamado a revisar las prácticas de seguridad: activar autenticación fuerte, guardar claves en lugares seguros y evitar mantener grandes cantidades en plataformas que no controlan personalmente.

En resumen, la creciente migración de Bitcoin hacia la autocustodia señala una madurez progresiva del ecosistema, mitigando riesgos estructurales y fortaleciendo la integridad de la red. Este movimiento es relevante no solo para traders, sino también para cualquier persona que busque balancear exposición, control y seguridad en su estrategia cripto.